LOS SÁBADOS DE BOÑAR

Los sábados de Boñar siguen siendo generación tras generación para los chavales de 17 años de media. Han cambiado las costumbres, la música, la moda, el dinero que cuesta la noche, pero el resto es igual tendiendo a la decadencia por la consabida pérdida de cosas entrañables por el camino (La bolera, Las Grecas, Las Canteronas…).

En el año 1986, con 500 pesetas (3€) te pasabas una noche completa: patatas bravas con una caña en el Cordobín, unas cuantas mistelas en las Grecas (para disfrutar durante un buen rato si tenias suerte y pillabas la mesa de la esquina), incluidas las 200 ptas de la entrada, con derecho a consumición, en el Old Victor.

Como no teníamos que recargar el móvil , no bajábamos a León todos los viernes a por el último grito en ropa (porque normalmente era un jersey «made in abuela», en punto ingles, garbanzo o de arroz,  de mil rayas, índigo o rojo,  pero bien gordo para no tener frío… que la moda casi era cosa secundaria), con un paquete de Fortuna comprado entre dos o tres amigas nos llegaba para todo el fin de semana y para los recreos hasta bien entrada la semana, que hasta los vicios se dosificaban con la economía que suponíamos llegaría después a golpe de excel adolescente. Luego apareció el Jersey «Privata», las zapatillas «Paredes» y la espuma Giorgi, para empezar a unificar tendencias, y también a salvaguardar la capa de ozono, que algo de laca Nelly se ahorró con la novedad…

Ahora todo el mundo va uniformado del imperio Ortega, es lo que hay!. Entre esa «necesidad», lo referente a megas y saldos, y lo que les cuesta una triste copa, se acabó la noche, el resto es todo un inventar, o reinventar.