Nicanores de Boñar para un bodegón

Si un bodegón debe representar alimentos, recipientes o utensilios domésticos, entonces este dibujo bien podría considerarse así. Bodegón internacional puesto que no sabemos de cuántas maneras posibles serán acompañados los Nicanores, si con café, canelazo, mate o té, si con champagne, ginebra, fernet, vino de arroz, vodka o absenta, los habrá que sean el acompañamiento perfecto de un chocolate caliente o que sea este el que adorne y ayude a descubrir las capas de hojaldre en un postre, como el que sirven en un famoso restaurante de Boñar.

Los Nicanores viajan, descubren, sorprenden y suelen entusiasmar. A veces llegan solos y otras lo hacen en cajas de dos en dos. Y es que si el «de Boñar» no se ha perdido tras más de ciento cuarenta años de sabor acompañando a «Nicanores» de manera altruista ha geolocalizado a la villa allá dónde han llegado para inundar de mantequilla y azúcar, de sabor. Merecidísimo premio reciente por parte del Ayuntamiento, reconociendo no solo trayecto industrial y sabor, también porque Boñar sea beneficiario directo de la bondad de su nombre.

«Nicanores de Boñar para un bodegón internacional» Tinta sobre papel, dic2020

Es ya habitual escuchar en cualquier programa de radio -trate o no de gastronomía- citar a nuestros nicanores, y por más veces que lo escuches, siempre produce un agradable escalofrío. Lo mismo que sobresalto es encontrar una caja posada en la cocina de Sagrillas viendo un capítulo del Cuéntame o en una torre poligonal de una tienda gourmet fuera de C y León.

Los boñarenses nos hemos convertido en vigilantes sigilosos, sin ser nombrados, recelosos de custodiar el nombre, la caja que encierra su sabor, distinguimos hacia donde escora cada capa y la redondez de sus pétalos, la mayoría nos sentimos ofendidos cuando de vez en cuando sale una de esas burdas aproximaciones al nombre y mucho menos al sabor -como aquello de los milamores o milcanores o milnoséque-, porque ya al granel somos muy de recordarlo allá dónde los veamos, «qué no, que eso no son nicanores!»

Una suerte de quinta generación que hace posible fabricar y encontrarlos fácilmente -como cerca- en cada barrio leonés y que bajo la acreditación del prestigio de los Nicanores todas las veladas sean agradables. Por muchos años, Guillermo.

«Mientras el río corra, los montes hagan sombra y en el cielo haya estrellas, debe durar la memoria del beneficio recibido en la mente del hombre agradecido» (Virgilio)

5 respuestas a “Nicanores de Boñar para un bodegón

Los comentarios están cerrados.